Ya para
muchos llegó la época más esperada: el
verano. Momento en el que muchos están
de vacaciones y aprovechan el sol para irse de playa o simplemente hacer
actividades al aire libre. Momento en el
que salimos de la rutina diaria o de esa monotonía aburrida para realizar cosas
divertidas. Momento para sacar a nuestro
niño(a) interior para que se exprese. Cada
época del año tiene algo que me encanta pero el verano para mí es una de mis
favoritas.
En mi país
Puerto Rico somos los más que adoramos el verano ya que nuestra Isla se compone
mayormente de playas y ríos. Aquí
disfrutamos de un eterno verano ya que en cualquier momento del año podemos darnos
un chapuzón y liberarnos del estrés. Nuestras
playas y ríos son un hermoso paraíso el cual debemos ser agradecidos por
tenerlo y saberlo usar para nuestro beneficio.
Entre la playa o el río me encanta la playa.
La brisa
arropa mi piel de manera especial que me invita a quedarme allí. El sol brilla como nunca antes en señal de
que será un buen día. Sentir la arena
rodeando mis piernas es una de las sensaciones más ricas que podemos tener para
liberar el estrés y enterrar los problemas.
El agua a veces fría o cálida nos invita a siempre a darnos el chapuzón
y vivir la vida al máximo porque no sabemos cuándo será la última vez que
podremos estar en tremendo paraíso. Por
último esa hermosa vista no se compara con nada. La misma comprueba las ganas de quedarnos
todo el día y hasta de ser posible vivir cerca de la playa para sentir siempre
el vaivén de las olas. Si yo pudiera no
dudaría en tener en un futuro una casa de playa para tener un eterno verano
porque la experiencia de sentir relajación es espectacular.
Existen
muchos paraísos en este mundo y en definitiva el de mi Puerto Rico es uno de
ellos. El mar inspira a expresar lo que
la mente a veces no se atreve a decir y eso es algo que me fascina y en la
medida en que se pueda dejaré plasmado mi pensar en estas letras. Así que bienvenido verano y que este verano
eterno nunca se acabe y sea cada vez mejor.
