"La clave de la felicidad es que te vivas cada día al máximo y alrededor de las personas que amas." ysm

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domingo, 27 de septiembre de 2020

El confinamiento de los sentimientos

 

Desde el comienzo de los tiempos sabemos que el ser humano tiene la capacidad de pensar y sentir según lo sienta su corazón.  Algunas personas los ventilan a los cuatros vientos ya sean buenos o no tan buenos y otros optan por mantener los sentimientos encerrados como si fuera una cárcel o una tumba de la cual no salgan de ahí nunca.  Me pregunto:  ¿Hasta qué punto debemos encerrar los sentimientos en el alma?  ¿Será positivo o negativo para nuestra salud?  Hablemos del confinamiento de los sentimientos desde ambos puntos de vista.

El confinamiento de sentimientos buenos tiene sus dos caras de la moneda.  Por un lado, es hermoso ventilar nuestros sentimientos a los más allegados ya que las personas que amamos merecen ser parte de nuestros mejores momentos o eventos y si no lo hacemos nos podemos arrepentir toda la vida.  Es bonito ver que alguien se emocione tanto como nosotros nos emocionamos por lo que está pasando en nuestra vida.  Por el otro lado, es bueno mantener una privacidad en nuestros sentimientos pues de vez en cuando merecemos tener algún secreto guardado en nuestra alma.  Esa privacidad de sentir que el mundo quiere saber todo lo nuestro pero que jamás lo podrán saber eso es una gran satisfacción en algunas ocasiones. 

El confinamiento de sentimientos malos es una cárcel que nos ahoga una y otra vez.  Ese tipo de emociones nos destruyen y nos convierten en personas que no somos.  A veces descargamos esa furia de sentimientos a personas que amamos y lo que logramos es empeorar las cosas.  Confinar sentimientos negativos nos convierte en personas frías capaces de hacer cosas que al final no nos enorgullezcan.  Albergar en nuestro corazón sentimientos como por ejemplo:  odio, furia, ira, tristeza entre otros jamás es bueno pues si los expresas afectas a los demás y si no lo dices te lastimas a ti mismo una y otra vez.  Mucho ojo con los sentimientos negativos pues muchas veces están más cerca de lo que uno piensa.  Me refiero que puede tenerlo quien uno menos imagina, un amigo, un familiar hasta uno mismo.  Si vemos que de alguna manera nosotros o algún allegado está experimentando este tipo de confinamiento busquemos la manera de ayudar ya sea aconsejándolo o buscándole ayuda profesional.  Los sentimientos negativos nunca llevan a nada bueno.  No tengamos miedo en ayudar o buscar ayuda porque es mejor detectar las cosas a tiempo antes de que pueda ocurrir algo que se pueda lamentar.

El confinamiento de sentimientos puede ser tu mejor amigo como también tu peor enemigo.  Elige sabiamente en cada momento pues de eso depende el rumbo de tu vida y de todo lo que te pueda suceder.

sábado, 19 de septiembre de 2020

Te invito a sonreír

En la vida hay de todo un poco a veces se ríe, a veces se llora, todo es un balance único. Hay veces en que nos dejamos llevar por la situación que nos esté ocurriendo y terminamos desbalanceando todos los sentimientos. La tristeza y frustración nos ataca y nos hace vulnerables a seguir en ese estado.  Pensamos en que ya no hay salida y que es mejor dejarlo así. Nos volvemos personas diferentes y aunque la solución esté de frente nos cegamos por la nube negra que nos abarrota el vivir. Se vale llorar porque todos vamos a tener alguna razón por la cual llorar pero no podemos permitir que la tristeza sea únicamente nuestra forma de vida.  Te invito a hacer una cosa: ven a sonreír conmigo. Vamos, no hay por lo cual temer.

Te invito a sonreír porque la vida es bella y ganamos más calidad de vida cuando sonreímos. Nuestro cielo se pinta de vibrantes colores que alimentan nuestra alma para seguir andando felices en el sendero de nuestra historia. La vida es mejor cuando vemos que de lo malo podemos sacar una enseñanza positiva para futuros eventos. Siempre hay algo bueno en cada situación porque así es que tiene que ser. La vida no tendría sentido si no hay lecciones que podemos guardar en nuestra memoria y que también ayudarían en el progreso de los que están a nuestro alrededor. Te invito a sonreír porque ganamos tiempo valioso, ganamos grandes historias y ganamos todos para bien.  Te invito a sonreír porque ya basta de llorar, de estar en la eterna depresión, porque ya basta de estar hablando de las penas. Vamos a hablar de las alegrías, de lo bendecido que es estar vivos, de cosas que edifican y llenan el alma, vamos a hablar de ti que eres único e invaluable. Vamos a esparcir alegría al mundo que de la tristeza se sabe todo pero de la felicidad siempre hay algo nuevo por saber.

Te invito a sonreír hoy y siempre. No importa que no tengas ganas, te pregunto: ¿Vale la pena estar triste o darle más vida a tu ser interno? Todo depende de ti. Anímate que yo estaré contigo llevándote de la mano para que puedas sonreír en toda confianza. Les mando a todos un fuerte abrazo y a sonreír que el mundo se ve bello cuando sonríes.