La vida es un
proceso de constantes cambios que nos ubican en distintos lugares. A veces nos sentimos a gusto, a veces no pero
eso es parte del ciclo de nuestra historia. Hay momentos o situaciones a los cuales
queremos volver y otros a los que simplemente no queremos ni revivir. Cuando de una manera u otra volvemos a un
momento se le denomina retorno.
Los retornos no
siempre son malos. No podemos negar que
nos asusta el tener que regresar a un evento o etapa que nos desagrada y nos
baja el ánimo pero detrás de cada retorno siempre hay propósito único. La vida nos pone a prueba en ese instante para
ver como reaccionamos ante el retorno y saber si en este presente se tomó una
mejor decisión que la vez anterior o si simplemente decidimos dejarlo todo como
está dejando que el tiempo decida si estuvo bien o mal la decisión de no hacer
nada al respecto.
El retorno es una
señal de que podemos crear más historias, tomar decisiones más maduras y hasta
vivir el momento pase lo que pase. Los
retornos nos pueden llevar a un estado de paz física y mental siempre y cuando
la situación sea de bien para el alma. El
retorno nos hace más fuertes donde antes la debilidad reinaba en su esplendor. El retorno nos llena de sabiduría, experiencia
y poder de proponernos cosas buenas. El
retorno no debe ser malo al contrario, nos debe servir de lección para un
futuro mejor.
Pensemos en
varios retornos: retorno a amar, retorno
a lo que nos apasiona, retorno a soñar, retorno a vivir, entre muchos otros. No todo es negativo mi gente. Si nos grabamos en la mente que todo es
negatividad veremos los retornos como un camino en laberinto, sin poder
encontrar el rumbo ideal para salir airoso. Vamos a aprender a vivir con los retornos que
ellos quieren brindarnos una experiencia a contar en nuestro libro de vida.
¿Qué retorno
quisieras volver a tener? Con esta
pregunta los dejo para que piensen. En
mi caso, la escritura es la que me llama y aunque la inspiración no se me está
dando como antes pero no dejo de pensar en volver a ella. Así que retorno ven a mí que quiero hacer
realidad todo lo que anhela mi corazón.