Desde el
comienzo de los tiempos sabemos que el ser humano tiene la capacidad de pensar
y sentir según lo sienta su corazón.
Algunas personas los ventilan a los cuatros vientos ya sean buenos o no
tan buenos y otros optan por mantener los sentimientos encerrados como si fuera
una cárcel o una tumba de la cual no salgan de ahí nunca. Me pregunto:
¿Hasta qué punto debemos encerrar los sentimientos en el alma? ¿Será positivo o negativo para nuestra salud? Hablemos del confinamiento de los
sentimientos desde ambos puntos de vista.
El
confinamiento de sentimientos buenos tiene sus dos caras de la moneda. Por un lado, es hermoso ventilar nuestros
sentimientos a los más allegados ya que las personas que amamos merecen ser
parte de nuestros mejores momentos o eventos y si no lo hacemos nos podemos
arrepentir toda la vida. Es bonito ver
que alguien se emocione tanto como nosotros nos emocionamos por lo que está
pasando en nuestra vida. Por el otro
lado, es bueno mantener una privacidad en nuestros sentimientos pues de vez en
cuando merecemos tener algún secreto guardado en nuestra alma. Esa privacidad de sentir que el mundo quiere
saber todo lo nuestro pero que jamás lo podrán saber eso es una gran
satisfacción en algunas ocasiones.
El
confinamiento de sentimientos malos es una cárcel que nos ahoga una y otra
vez. Ese tipo de emociones nos destruyen
y nos convierten en personas que no somos.
A veces descargamos esa furia de sentimientos a personas que amamos y lo
que logramos es empeorar las cosas.
Confinar sentimientos negativos nos convierte en personas frías capaces
de hacer cosas que al final no nos enorgullezcan. Albergar en nuestro corazón sentimientos como
por ejemplo: odio, furia, ira, tristeza
entre otros jamás es bueno pues si los expresas afectas a los demás y si no lo
dices te lastimas a ti mismo una y otra vez.
Mucho ojo con los sentimientos negativos pues muchas veces están más
cerca de lo que uno piensa. Me refiero
que puede tenerlo quien uno menos imagina, un amigo, un familiar hasta uno
mismo. Si vemos que de alguna manera
nosotros o algún allegado está experimentando este tipo de confinamiento
busquemos la manera de ayudar ya sea aconsejándolo o buscándole ayuda
profesional. Los sentimientos negativos
nunca llevan a nada bueno. No tengamos
miedo en ayudar o buscar ayuda porque es mejor detectar las cosas a tiempo
antes de que pueda ocurrir algo que se pueda lamentar.
El confinamiento de sentimientos puede ser tu mejor amigo como también tu peor enemigo. Elige sabiamente en cada momento pues de eso depende el rumbo de tu vida y de todo lo que te pueda suceder.