Las
personas por orgullo hacen cosas negativas y se olvidan de los valores, la
educación y sobre todo, la humildad que los caracterizaba. No hay ningún problema en que la gente cambie,
siempre y cuando sea para mejorar, pero es imperdonable olvidar lo que es ser
una persona sencilla. Una persona
sencilla no se deja influenciar por otros y siempre muestra su humildad en
cualquier lugar. La sencillez y la
humildad van juntas de la mano y son pocas las personas que no pierden esta
esencia. Es bonito ver a una persona que
le gusta ayudar sin recibir nada a cambio. Es de gran valor ver que estas personas saben
lo que quieren y no descansan hasta lograr el éxito. Es interesante ver que son personas que se
preocupan por los problemas de otros y aconsejan a los demás para que puedan
resolver la situación. Lo más importante
de estas personas: es hermoso ver que su humildad y sencillez nos contagie y
nos haga tomar conciencia de que estas cualidades nos ayudan a ser mejores
seres humanos en la vida. No dejes que
el orgullo te haga ver como una persona de mucho poder y amargado ya que ninguna
de estas dos características te llevará lejos. El orgullo no es una cualidad que se debe usar
todo el tiempo ya que causa daño en otras personas. Dejarse influenciar por el orgullo lo que
provoca es ser una persona que se cree superior a otras y esto no va de la mano
con la humildad. En cambio, es mejor ser
sencillo, vivir feliz y triunfar que creerse la mejor persona del mundo y por
dentro ser alguien que no tiene corazón.
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