"La clave de la felicidad es que te vivas cada día al máximo y alrededor de las personas que amas." ysm

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lunes, 6 de septiembre de 2021

Hacer la diferencia

 

Todos vinimos a este mundo con un propósito que en algún momento cumpliremos.  Ese propósito de vida llega a nosotros como un rayito de luz que jamás se desvanece.  Empieza a brillar tanto que no podemos pasarle por el lado y sólo ignorarlo, hay que siempre hacerlo caso.  Cuando tenemos bien claro que queremos hacer algo por alguien o por el mundo hay que hacerlo realidad cuando se nos presente la oportunidad.  La vida es demasiado corta como para quedarnos paralizados, debemos aprovechar cada instante para hacer de esta estancia una que valga la pena no sólo para nosotros mismos sino para dejar un legado en las futuras generaciones.  Es por esto que vengo con el tema de hacer la diferencia en esta vida.

Como dije en un principio todos vinimos a este mundo con una razón de ser.  No estamos aquí porque sí, todos somos importantes (que eso siempre lo tengamos claro) y cualquiera que sea nuestro propósito de vida todos vinimos a este mundo para hacer la diferencia.  Cualquiera puede tener un mal día y de momento puede venir un extraño a alegrarte el resto del día, es así de sencillo.  Esa presencia hizo que en tan sólo segundos o minutos se pudiera olvidar el por qué uno estaba ahogado en una tormenta.  Pueden llegar a nuestra vida esas palabras motivadoras que no se esperaban o esa noticia que tanto se anhelaba y eso puede hacer una gran diferencia en nuestro ser.  A veces sin darnos cuenta hacemos el bien para quien verdaderamente estaba pasando por necesidades y al instante sentimos esa sensación de gusto de haber ayudado.  Hacer la diferencia no es sólo ver quien lo necesita sino que también indirectamente hacemos el bien y cuando nos agradecen nos cogen de sorpresa y eso nos llena el corazón para seguir haciendo buenas obras.  Un consejo importante, no busquemos reconocimiento a la hora de hacer la diferencia porque así no es que funciona.  Es cuestión de enfocarnos en hacer el bien y la sensación llenará nuestro corazón sin que el mundo tenga que enterarse.

A veces nos queremos enfocar sólo en nosotros y nadie ha dicho que está mal porque tenemos que hacer de nuestra vida feliz pero a la vez se siente espectacular hacer un balance y hacer la diferencia en la vida del necesitado.  El mundo no puede girar siempre en torno a nosotros, eso sería un error y es totalmente egoísta.  En esta vida podemos hacer realidad nuestros sueños y metas pero sin dejar de lado el ser humanitario.  Ahí está la verdadera esencia de hacer la diferencia.

Hagamos la diferencia para un mejor porvenir y dejemos claro el mensaje de que el mundo no está perdido.  Que si unimos fuerzas entre muchos podremos seguir manteniendo en alto de que somos más los buenos.  Al final la recompensa en nuestro corazón es mucho más valiosa que cualquier detalle que podamos comprar en una tienda.  Esa satisfacción de hacer el bien se nos queda bien marcado que le cogemos el gustito de seguir ayudando.  Dibujemos una sonrisa en el rostro que se ve sumido en una tormenta de problemas y veremos que su cielo siempre se iluminará de radiantes colores y nuestro legado lo llevará consigo para iluminar a otros.  Juntos somos más y lo que das al mundo regresa a ti multiplicado.

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