Soy como la
hoja que cae del árbol a toda prisa. Gira en círculos y siempre se queda apartada
de las demás. Todas están llenas de vida
y son sopladas por el viento pero ésta está marchita y con pocas ganas de
moverse. Se siente rechazada por la
naturaleza que la rodea. Cuando la
lluvia cae todas las demás rejuvenecen pero ésta se queda igual: fría y sin
color. Cada vez que te sientes triste
piensas que eres como esa hoja que todo lo malo le pasa y ni tan siquiera el
sol la ilumina. Es tan malo sentirse de
esta forma. Lo único en que piensas es
en la razón por la cual te sientes así y no le encuentras respuesta a esas
preguntas. La vida gira en torno a las
cosas que nos suceden; si nos dejamos llevar por todo lo negativo terminamos
como la hoja marchita y sin ganas de seguir hacia adelante. La vida es bella; hay que ver todo lo
positivo que tenemos. Las bendiciones
son las que nos dan el impulso para seguir y para aprender que la vida es dura
pero hay que saber levantarnos y mejorar para crecer; así podemos llegar a ser
parte del montón de hojas que cada día progresan.
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