Mi mente
está envuelta en un torbellino de pensamientos que poco a poco van destruyendo
mi ser interno. Cuando estamos en
situaciones difíciles allí entra el enemigo que siempre está involucrado en
todo lo que hacemos. El enemigo más
difícil de vencer es nuestro yo interno.
Mientras la negatividad esté dentro de nosotros no habrá persona alguna
que nos pueda ayudar a salir. El yo
interno es nuestro enemigo de toda la vida.
Batallamos con él desde que tenemos la habilidad de tomar decisiones a
nuestro criterio. Cuando estamos entre
la espada y la pared el yo interno influye en nuestra forma de pensar. A veces es positivo escucharlo pero cuando lo
seguimos y las cosas nos salen mal nos seguimos aferrando a confiar en él. Cuando estamos pasando por un momento de
crisis o de tristeza no se deben tomar decisiones en las que sabemos que nos
vamos a arrepentir luego. No nos dejemos
dominar por nuestro enemigo de toda la vida.
Podemos escucharlo pero está en nosotros en hacerle caso o no. Una vez estamos dominados por nuestro yo
interno es complicado poder salir del círculo vicioso que nos involucra.
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