Cuando pensamos que es el final de nuestra batalla pero en realidad no lo es…..

-Tus ojos muestran el cansancio y corren las lágrimas sin parar

-Tus oídos solo escuchan palabras negativas y se dejan llevar de ellas

-Tu boca quiere gritar: ya no puedo más, me rindo!

-Tus hombros sienten la tensión y la carga de los problemas

-Tus brazos se cansaron de hacer fuerzas y de levantarse hacia la cima

-Tus piernas se resisten a caminar hacia adelante

-Tu mente le gana a tu corazón haciéndote ver que no debes continuar sino que dejar morir tus ganas de triunfar y quedarte estancado.

-Tu corazón se deja llevar por lo que dice la mente y deja de latir con las mismas ganas en como lo hacía antes.  Siente la carga más fuerte ya que toda emoción llega hasta lo más profundo de nuestro ser.  Cuando el corazón ya se siente de esta forma debemos sentarnos y reflexionar sobre lo siguiente:

Todos en algún momento de nuestras vidas nos llegamos a sentir de esta manera. Sientes esas ganas de dejarlo todo y correr sin rumbo.  Corriendo no se resuelven los problemas de la vida, hay que ser valientes y tener una actitud positiva para enfrentarlos.  Al huir de los problemas das a entender que no quieres luchar.  La valentía no es simplemente decirlo es también demostrar que tienes esa capacidad para dar tu mejor cara ante los problemas y buscar la forma de resolverlos sin salir corriendo.  No todo el tiempo se gana, hay que aceptar las derrotas como una valiosa lección que nos ayudará a crecer como seres humanos.  Un guerrero de verdad no se deja llevar por las derrotas sino por todas las victorias que ha logrado luchar con esfuerzo, persistencia y mucha esperanza.

Cada día que pase no te dejes caer por los problemas: primero agradécele a Dios por tener la oportunidad de vivir un día más, de tener salud, de tener a tus seres queridos cerca de ti, de tener días de alegría y por supuesto agradecerle por hacerte fuerte y capaz para manejar los dilemas de la vida.  Todo problema tiene solución así que no te ahogues en ellos mejor preocúpate en cómo vivir feliz, no es que los ignores, simplemente no los tengas como prioridad.  La vida es solo una, los problemas siempre existirán pero la felicidad pasa pocas veces y si la dejas ir no va a volver de la misma forma en que la vistes pasar.

También recuerda lo siguiente: