"La clave de la felicidad es que te vivas cada día al máximo y alrededor de las personas que amas." ysm

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jueves, 27 de marzo de 2014

Mis Cicatrices

La vida está llena de momentos:  unos más alegres que otros pero de cada uno de ellos nos llevamos un recuerdo o una lección.  Sabemos que los eventos positivos dejan historias que recordaremos por siempre, los negativos solo dejan cicatrices.  Todos conocerán y entenderán nuestras historias pero nadie sabe cuánto nos puede doler un sufrimiento....cuánto sufre un corazón....cuántos días y noches hemos tenido que llorar para que el alma se purifique....cuán fuerte nos puede marcar las cicatrices.  A esto era que quería llegar en este escrito.

Las cicatrices son producto de una herida causada por una prueba más del destino.  Cada una de ellas se puede comparar con un rasguño:  duele por un tiempo pero ya cuando nos damos cuenta esa herida ha sanado del todo y logramos continuar nuestro diario vivir sin contratiempos.  Y voy más allá:  aun estando heridos seguimos hacia adelante con nuestros planes porque de eso se tratan las cicatrices:  de poder vivir la vida normal aun teniendo esa marca en nuestro ser.  Cada cicatriz es una muestra de los errores que hemos cometido en la vida.  Representan una huella simbólica de cuán valientes hemos sido para soportar todo el dolor que se nos viene encima.

Mis cicatrices son las que muestran parte de mi sufrimiento pero mi voz es la que te puede decir la verdadera historia que se esconde detrás de esa marca.  Las mismas son parte de lo que soy, sin ellas no sería la persona que ven hoy.  Podrán ser lo peor que nos pueda pasar pero hay que sentirse orgullosos de ellas porque adquirimos la madurez y experiencia necesaria para no volver hacia atrás.  Una vez sanada esa cicatriz debemos dejarla quieta porque reabrirla sería caer en un círculo vicioso....uno del cual quizás se nos haga difícil encontrar la salida una vez entramos en él.  Al recuperarnos podemos notar que esto es sinónimo de haber sobrevivido al dolor sin importar las circunstancias.  De cada una de mis cicatrices saco inspiración, palabras de aliento para quienes están pasando por lo mismo o algo similar e inteligencia para entender el porqué de las cosas.  Y en este caso en particular, gracias a mis cicatrices logré producir este nuevo escrito que están leyendo ahora.

Como conclusión, estas cicatrices hoy nos duelen muy fuerte y hasta nos deprimen pero tengan por seguro que cuando en el futuro miremos hacia atrás veremos que aunque siempre las recordaremos, simplemente no sentiremos nada de dolor.  La razón para no sentir nada es porque la mente y el corazón ya sanaron y ahora las cicatrices sólo constituyen un recuerdo que guardamos en nuestro maletín de vida.  Todos estamos exentos a sufrir y a cargar con cicatrices:  unas sanarán más rápido que otras pero lo que sí es seguro es que se aprenden muchas cosas que antes para nosotros eran desconocidas.  A veces tenemos que pasar estos tragos amargos para entonces lograr aprender lo que quizás no entenderíamos por las buenas.

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