Camino
incierto lleno de mucha incertidumbre pero a la vez uno que refleja nuevos
bríos y un rayo de esperanza que no se ha apagado. Una página de nuestro capítulo que aún no se
ha llenado de historias para contar.
Momento que tanto anhelamos vivir y vemos que aún no ha llegado a
nuestras manos. La ilusión ya la tenemos
bien encendida porque queremos realizar todo lo que tenemos en mente. Tan cerca y a la vez tan lejos. El futuro es una etapa más de la vida en la
cual se vivirá de todo un poco. En su
momento se asomará a nuestro encuentro y veremos que se va a manifestar de las
distintas maneras posibles.
Como toda
etapa de la vida tiene las dos caras de la moneda porque pueden suceder cosas
maravillosas como también otras que nos pueden cambiar para siempre el rumbo de
nuestro caminar. Un detalle que debemos
tener en cuenta es que hay que aprender a mirar el futuro con actitud de
triunfadores. Sabemos que corremos el
riesgo de perder varias batallas pero que a pesar de esto estamos listos para
enfrentarlo con ganas y así obtener numerosas victorias.
El futuro
ya se empieza a planificar desde el hoy pero a la vez tenemos que estar
conscientes de que hay cosas que llegarán manera inesperada a medida que
lleguemos al futuro. Algunas cosas se
cumplen a cabalidad mientras que otras simplemente hay que volverlas a
planificar para que salgan bien. Para
llegar a esta etapa primero hay que recorrer el túnel del presente sin mirar
hacia el pasado y sin darnos cuenta veremos que al final del mismo nos espera
la luz del futuro que brilla con todas sus fuerzas. Hay que lanzarse a la aventura con todos los
planes que vuelan en nuestra mente. Hay
que aprender a confiar a ciegas porque la luz del futuro está brillando en todo
su esplendor y ésta nos invita a que la sigamos aunque no sepamos a ciencia
cierta lo que va a suceder.
Hagamos lo
que tengamos que hacer en el presente para prepararnos a los cambios que se
avecinan y asegurémonos de tener la paciencia necesaria para esperar a que
llegue este momento de la vida. El
futuro está a unos cuántos pasos de nosotros brillando con gran sensación para
que vayamos en pos de él. Nosotros
tenemos en nuestro poder la llave que abre esta etapa y mediante nuestras
acciones determinamos nuestro destino.
Ahora la pregunta final es: ¿Te
animas a cruzarlo?