"La clave de la felicidad es que te vivas cada día al máximo y alrededor de las personas que amas." ysm

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martes, 28 de abril de 2015

Lágrimas de sangre


No todos los días son de eterna felicidad.  La sonrisa se va en un viaje sin regreso.  El propósito de vivir la vida a plenitud pierde totalmente su significado.  El rinconcito de la habitación me está llamando y dejándome llevar por el ambiente de tristeza voy a su encuentro.  La oscuridad se hace notar en la habitación y las preguntas comienzan a invadir la mente sin cesar.  Tendemos a hablar solos para ver si alguien puede responder las interrogantes que se están lanzando al aire.  Al no escuchar respuestas nos hundimos más en nuestra aflicción y de un momento a otro el rostro se llena de lágrimas pero de sangre.

Las lágrimas de sangre son esas que provienen de un corazón que ha sido desgarrado en simultáneas ocasiones y cuando está en proceso de recuperación vuelve a ser mal herido.  Esas lágrimas son las que relatan toda nuestra historia de dolor sin decir una sola palabra.  Son gotas que carcomen el alma y nos hacen sentir que estamos en un calvario del cual hay que aprender a sobrevivir con esas heridas para así poder salir con vida.

Las lágrimas de sangre borran toda sonrisa y nos hacen sentir que estamos en medio de la nada.  Los propósitos que habían estipulados para nosotros se han marchado por tiempo indefinido.  Mientras más atención le prestamos a nuestros pensamientos más lágrimas de sangre brotan de nuestros ojos.  El tiempo se ha ido volando que ni nos damos cuenta si es de día o de noche.  Vemos a nuestro alrededor y todo nos parece irrelevante.  Queremos levantarnos de ese rincón pero el mismo es tan tentador que nos invita a quedarnos un poco más.  Las fuerzas se van perdiendo ya que nuestras energías están bien enfocadas en nuestros pensamientos que luchar por salir de allí es todo un reto.  El silencio es nuestra fiel compañía pues es testigo de todo el llanto que se escucha.  Todo esto parece un calvario infernal y si aún no lo es pues estoy muy cerca de presenciarlo.

El corazón sigue ardiendo de dolor, la mente está llena de un torbellino de preguntas sin respuestas, de nuestros labios sale el por qué y nos culpamos y cuestionamos por nuestros pensamientos.  Las lágrimas de sangre no dejan de caer y ya no sé distinguir si estoy viva o muerta en vida.  ¿En qué momento dejaré de sangrar?  ¿En qué momento me recuperaré?  ¿En qué momento me levantaré?  Preguntas que se quedan en el aire esperando por esa señal que revele el fin de este difícil momento.  Mientras tanto el dolor me seguirá consumiendo hasta morir.

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