Es triste
que algunas personas en nuestra sociedad no puedan aceptar la amistad de un
hombre y una mujer porque piensan que alguno de los dos se está pasando de la
confianza que le corresponde. ¿Acaso uno no puede ser cariñoso con su amigo? ¿O acaso entre los significados de la
amistad no está el dar afecto y brindarle todo el apoyo necesario a esa otra
persona? Solo es cuestión de no pasarse
del límite establecido y si llega a pasar pues asumir las consecuencias porque
todos cometemos errores. No nos dejemos
llevar por los celos, el odio y el rencor porque si así fuera no tendríamos una
amistad con una persona del género opuesto.
La desconfianza es un arma potente que causa sufrimientos y sirve para
matar la unión que tenemos con las personas. Es juzgar un acto que jamás ha ocurrido. Es señalarnos como los malos del cuento sin
pensar que detrás de cada situación hay una explicación. Debemos tener en cuenta que la mejor amistad
es la que tenemos con él/ella porque no te juzga, al contrario, te acepta tal y
como eres, te aconseja en cualquier tema y te ayuda en lo que puede. Una amistad como esa yo no la dejo perder por
nada del mundo.
No me
importa lo que diga el mundo, mientras haya una unión sólida entre nosotros no
hay quien pueda separarnos. No me
interesa si el mundo no acepta nuestra amistad porque mientras yo sea
importante en tu vida no hay mundo que pueda decir lo contrario. No escuchemos cuando nos juzguen porque ellos
no conocen nuestra historia, además esa percepción que tienen hacia nosotros da
mucho que decir de ellos mismos. Sigamos
cultivando nuestra amistad con mucho amor y confianza. Sigamos siendo los amigos locos que gozamos de
nuestras aventuras sin pensar en los problemas que tenemos. Sigamos siendo nosotros mismos en todo
momento. Sigamos compartiendo cada
instante juntos porque nunca se sabe cuándo llegará el final. Sigamos fortaleciendo esta unión para que
nada ni nadie pueda romperla. Sigamos
escribiendo nuestra historia en el libro de la vida.
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