Es la ruta
correcta y es la que todos deberíamos de tomar.
No será un camino perfecto pero sí vale la pena atravesarlo. Recordemos que siempre van a existir los
tropiezos, miedos, problemas y desilusiones pero no debemos dejar que eso nos
descarrile de nuestro propósito de hacer el bien. A veces nos olvidamos de que el bien nos
llevará a tener una vida llena de bendiciones y optamos por lo fácil. Como dicen por allí: lo que fácil viene fácil se va. No nos avergoncemos si cometemos un error
porque nadie es perfecto en esta vida y de eso se trata el vivir en este mundo,
que también aprendamos lecciones para no volver a caer. Para tener un buen camino debemos nosotros
poner de nuestra parte para que así sea.
Debemos trabajar duro para obtener una buena cosecha de éxitos. Consideremos parte de nuestra vida el amor y
todos los valores que vienen con este sentimiento. Busquemos de Dios en todo momento ya que Él
es nuestra fuerza y guía para mantenernos firme en nuestro propósito. Juntémonos con personas que nos hagan sentir
bien y nos ayuden a poder manejar el camino de la vida. Hacer el bien es una de las claves para
obtener una felicidad eterna.
Amémonos,
ayudemos a quien lo necesita, trasmitamos nuestros sentimientos a otros y
hagamos todo conforme al bien. Es una
bendición el poder hacer el bien basándonos en lo que hemos aprendido. El sentir que eres una persona que ha ayudado
a cambiar la vida de otros es de gran importancia para crear generaciones de
cambio positivo. Sentirás una gran
satisfacción el aportar tu granito de arena en la sociedad. Al final veremos que aunque el camino no está
fácil no es difícil de recorrer si le ponemos todo nuestro empeño. Confiemos en Dios, en nuestra capacidad para
hacer el bien y hagámoslo posible. Si
todos ponemos de nuestra parte lograríamos hacer una gran diferencia. Seamos personas de bien y obremos para ese
bien que luego veremos cómo las bendiciones se multiplicarán a nuestro
favor. Si estás haciendo el bien síguelo haciéndolo que de allí lograrás llegar al verdadero camino de la
felicidad. Si aún estas allí pensándolo: ¿Qué estas esperando? Levántate y marca la diferencia en este
mundo, verás lo hermoso que se siente dejar la huella del bien en esta tierra.
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