Recordemos
que siempre somos especiales para alguien:
Dios. Él nos ama tal y como somos. Él siempre nos hará sentir especial aunque no
nos demos cuenta. Él quiere que seamos
felices y que nos amemos a nosotros mismos.
Amarse significa que nos aceptamos como somos aunque hayamos cometido errores. Que aprendamos a valorarnos como seres
humanos porque la clave para amar a otros es amar nuestro ser interno.
Si queremos
que nos hagan sentir especial debemos marcar la diferencia en la vida de otros.
Marquemos una huella en su corazón
mediante acciones. El ser especial para
las personas nos hace sentir importante para ellos y nos levanta el estado de
ánimo. La vida es bella y debemos estar
agradecidos de estar viviéndola cada día.
Todos somos parte fundamental para armar este rompecabezas llamado
vida. Unos hacen más y otros menos pero
ninguno debe sentirse que no vale nada. Aportemos
nuestro granito de arena y sintámonos especial por la labor realizada. Hay muchas maneras de ser alguien especial, la
clave está en creerlo y mantener el positivismo en alto.
Vive feliz
pensando en que eres una persona importante y que el ser especial te brinda esa
sensación de que en este mundo no va a ver nadie igual a ti. Cada cual tiene su yo interno y debemos creerlo
porque si Dios nos permitió vivir esta vida es por un propósito. Ten confianza en ti y sé agradecido con la
vida por ser como eres. Así que ámate,
valórate, no le hagas caso a críticas que no te ayudarán a evolucionar y sé
feliz porque tú te lo mereces.
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