¿Por qué juzgar cuando podemos aceptarlos?

Todos cometemos errores en esta vida.  Unos más que otros pero todos hemos tenido que caer aunque sea una vez.  ¿Por qué cuando alguien comete un error rápido empiezan a juzgar a esa persona como una mala?  Como si este mundo fuera perfecto lo cual es totalmente falso.  En esta vida nadie vino con un manual de instrucciones en el que diga cómo No cometer un error.  Si así fuera todos lo tendríamos y el mundo sería muy diferente al cual tenemos hoy día.  Todos tenemos una historia o un secreto oculto que nos puede perfilar como personas inmaduras.  Y yo pienso:  ¿Por qué nosotros juzgamos a esa persona sin haber conocido esa historia?  Preferimos hacer lo más fácil antes de pensar el motivo por el cual esa persona tomó esa decisión errónea.  Todos tenemos una personalidad distinta:  unos más extrovertidos que otros pero eso nos hace únicos.  ¿Por qué tenemos que criticar esa personalidad en vez de pensar si a esa persona le hace feliz o no el ser así?  Todos tenemos nuestras cualidades diferentes porque así lo quiso Dios y me sigo preguntando:  ¿Por qué seguimos juzgando a las personas sin haberlas conocido?  ¿Por qué con tan solo mirarlas decimos esto y aquello de él/ella?  Si pensamos así de cada persona que vemos terminaremos criticándonos los unos a los otros y no dejaremos un mundo positivo a las futuras generaciones.

Hagamos un cambio en nuestras mentes negativas:  en vez de juzgar a él/ella mejor acéptalo/a como es.  No critiquemos a las personas porque uno nunca sabe cuándo alguien cercano a nosotros sea así y tengamos que tragarnos todas las palabras dichas a los demás que son como él/ella.  ¿Qué tiene de malo que seamos imperfectos, con personalidad y pensamientos distintos?  En fin, ¿Qué tiene de malo ser único?  Todos tenemos nuestra historia y así como uno comete errores otros los pueden pasar igual o peor.  Así que en vez de criticar mejor aceptemos a la persona con sus virtudes y defectos y respetemos el porqué de sus decisiones.  La vida se dio para que la vivamos con éxitos y fracasos.  Aplaudamos los éxitos y apoyemos a las personas en sus fracasos porque esto demostrará que no somos jueces de las malas decisiones que ellos tomen.  Un buen ser humano no te juzgará por tus malas acciones sino que te aconsejará para que no vuelvas a caer y te motivará para que continúes caminando por el sendero de la vida.  No hagamos acusaciones falsas sin antes conocer la historia de esa persona porque terminaremos perdiendo la batalla.  Mejor dejemos que cada uno aprenda a triunfar y a caer porque de esa manera ellos aprenderán la lección.  Por último, si no queremos que nos juzguen por nuestras acciones mejor no hablemos de los demás para que entonces no seamos juzgados.  En palabras más sencillas de entender, no hagamos a otros lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros.