Todo ser
humano es único por las características que posee. Unos son más extrovertidos que otros pero
quiero hablar en este escrito sobre los introvertidos. Hay
momentos en la vida en que este tipo de personas se sienten solos/as aun
estando en compañía. No le prestan atención
a lo que hablan las personas y se aíslan de toda conversación. Si no llegan a aislarse se quedan solamente escuchando
lo que dicen los demás. Se sienten
inferiores a los que lo rodean y optan por no hablar mucho de sus vidas. Se culpan a sí mismos por ser de esa manera. Sienten esa inquietud de saber si le importan
a alguien o no. Sienten que están solos
en este mundo y prefieren vivir su soledad aunque se lastimen por dentro. Sienten que no valen nada porque nadie les
hace caso. Optan ser su propia compañía aunque
después las demás personas lo/a critiquen.
Si alguna
vez en sus vidas les toca lidiar con personas así no las ignore, trate de
incorporarlas a sus actividades para que no se sientan solos. Ayúdales en lo que pueda para que ellos vean
que son importantes en nuestras vidas.
Apóyelas en sus triunfos y aconséjales en sus fracasos para que noten
que tienen una mano amiga en quien confiar.
No lo juzgue si piensa de manera diferente porque cada cual tiene su
manera de ver la vida y eso hay que respetarlo.
Sea cordial y recuerde ponerse en los zapatos de esa persona para que
pueda entender lo que está pasando.
Hazle saber que no está solo/a en este mundo, que tienen a un Dios que
se preocupa por él/ella y que tiene a muchas personas que lo darían todo por
verlo/a feliz. Decirle eso le animará a
que pueda adentrarse en el mundo de la socialización y por ende, dejará de
sentirse mal.
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