Qué difícil
es estar enamorado/a y no poder gritárselo al mundo. Siempre entra ese miedo de que las cosas no vayan
a salir como uno quiere. La mente
aguanta en su ser todos los pensamientos y el corazón se pone ansioso de
expresar este amor como Dios manda.
Aquí me
encuentro frente a ti amigo....te observo pero ya con otros ojos. Me pierdo en tu mirada tal como si me
perdiera en un laberinto. Te miro como
una novia mira a su novio. Te miro con
tantas ganas de decirte lo que siento por ti pero tengo que miedo....miedo a
que me rechaces. Mis ojos brillan más
que los diamantes que llevo en mi pulsera.
¿Cuánto más puedo fingir que soy tu amiga? Esta atracción que siento por ti está que se
delata sola.
Lo que
siento por ti va mucho más allá de lo físico, más allá de la palabra amor. Encontré en ti mi otra mitad, es decir, vi en
ti a esa persona con quien desearía pasar el resto de mis días. Cada vez que te veo mi corazón late a millón,
no lo puedo evitar. Me divierto contigo
y las horas se van más rápido de lo que uno imagina. Cuando no tengo contacto contigo los días son
una monotonía que me deprimen al instante.
Cuando me haces falta quiero comerte a besos, abrazarte sin dejarte ir y
pasar todo el tiempo que pueda contigo.
Cómo
quisiera decirte todo esto pero mirándote bien a los ojos veo que no sientes lo
mismo por mí. Eso es lo que tus ojos me
delatan, puede ser que me esté equivocando pero las miradas dicen mucho más de
lo que el corazón puede expresar. Por todo
eso que observo es que estoy callando este amor. Sé que confesarlo sería más fácil ya que se
resolvería al instante este dilema que tengo en mi cabeza. Puede ser que me gane tu amor o lo pierda
junto con tu amistad....no sé, quien sabe lo que pueda pasar en el futuro, lo
que sí sé es que por ahora seguiré callando este amor. Sé que esto no me hace bien pero no tengo
opción. Sigo callando un amor que no sé
si me va a corresponder como quisiera....
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