El tiempo sigue
su marcha: el ayer se quedó grabado para
recordarlo, el mañana aún no ha llegado a nuestras manos y el hoy está
corriendo a toda su velocidad. A veces
no nos tomamos el tiempo para sentarnos a reflexionar sobre nuestras vidas pero
hay veces que debemos hacerlo. Cinco
minutos de nuestro tiempo pueden hacer la diferencia para analizar nuestro Yo
interno. Debemos evaluar lo que hemos
hecho y lo que aún nos falta por realizar....voy más allá de esto, debemos
pensar en que si desde ese momento hemos estamos dejando un legado para que nos
recuerden o simplemente hemos caminado sin dejar una fuerte presencia....
Un legado
es una huella que dejamos marcada en el camino de la vida para que sea
recordada por las personas que nos aman.
Es una acción que refleja lo que somos....es dejar un pedazo de nosotros
para que sea historia. Es reafirmar con
hechos lo que alguna vez habíamos mencionado mediante las palabras. En fin, es un modelo a seguir para las
futuras generaciones. Un legado no tiene
que ser algo grande como lo que han hecho muchos famosos en el mundo sino que
sea algo digno de recordar cuando ya no estemos en este mundo. No esperemos a nuestros últimos días de vida
para dejar huellas, mejor comencemos desde ahora para así no dejar un solo
legado....es preferible que seamos recordados por todas las buenas acciones que
hicimos en vida que por los tropiezos que nos dimos en el camino....
Hoy puede
ser ese día en que dejes tu legado. Haz
algo positivo en el día, aporta ese granito de arena a la sociedad. Deja que la luz interna salga a relucir entre
toda la multitud. Da de corazón todo lo
que tengas. Recuerda que las personas te
recordarán no por la educación o por la inteligencia que tuviste sino por las
aportaciones que hiciste para y con los demás.
Deja una huella....Deja una historia....Deja un gran legado....
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