Y cayó la
mágica noche en mi lugar favorito: la
playa. La misma está estrellada y la
protagonista principal ya hizo su entrada triunfal. Esta escena que tengo a mi alcance me inspira
a escribir. Las letras logran una gran
armonía con el ambiente. En definitiva
me siento bien pero siento que me falta algo:
tu presencia para completar esta escena de amor. En mi pensar te tengo cerca pero en cuerpo y
alma estás lejos. Necesito perderme en
tu mirada, escuchar un Te Amo de tu boca, besar tus labios y que tus manos se
enreden con las mías para sellar con un beso apasionado esta noche
romántica. Te extraño amor: cuánto daría porque estuvieras aquí
apreciando este hermoso espectáculo brindado por Dios. Ay luna, no me gusta estar triste en un lugar
donde debería estar prohibido el sentirse así.
Las letras
empezaron a cambiar de ánimo porque tu presencia hacía falta para darle el
toque perfecto a mis palabras. Las
lágrimas comenzaron a caer al mencionar tu nombre. Era inevitable el extrañarte porque el amor
que siento por ti es enorme. La luna vio
mi aflicción y decidió conspirar a mi favor.
Sin darme cuenta se me acerca alguien.
Dicha persona se agacha, me mira y me seca las lágrimas. Al elevar mi mirada vi que eras tú amor. Una gran alegría brotó por mis ojos al ver de
frente los tuyos. En ese momento las
letras volvieron a tomar la forma romántica que tenían al principio. Te veo y pienso que estoy soñando pero al
escuchar tu dulce voz me doy cuenta que es una realidad, una maravillosa
realidad.
Comenzamos
a tener una plática amena y gratificante.
Nos reíamos de todas nuestras ocurrencias sin importar cuán tontas
podían llegar a ser. En definitiva
estábamos pasando una noche de ensueño bajo la luz de la luna. Y llegó el momento de las confesiones,
momento de sacar a la luz los sentimientos más profundos del corazón. El ambiente era favorable para recitarnos
maravillosas palabras de amor. Y es que
el amor aún sigue inyectado en nuestras vidas, intacto como desde el primer
día. Nuestras miradas brillaban de puro
amor, las manos estaban entrelazadas en símbolo de unión y el Te Amo siempre
estuvo presente. Las miradas se
acercaban más y mediante un beso expresamos lo que ya era evidente. La luna fue fiel testigo del amor que
continuamos fortaleciendo en esta noche romántica.
De manera
indirecta se cumplió mi petición. Sin
darme cuenta la luna conspiró a nuestro favor para podernos ver una noche
más. Bajo la luna llena decidimos dejar
salir nuestros sentimientos los cuales aún siguen correspondidos. En definitiva fue una noche de puro amor,
algo que jamás se me va a olvidar.
Hermosa vista, inspiraciones sin cesar y lo mejor de todo junto a la
persona que más amo en la vida: tú mi
amor. Te Amo.
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