Tantos
momentos vividos y ninguno fue realidad. Viví todo ese tiempo inmersa en una
fantasía. Vivía de la ilusión, del amor
imposible y de los deseos inalcanzables.
Veía reflejado un amor profundo pero sólo era una obsesión enfermiza la
cual alojé en mi corazón y se rompió en mil pedazos a mitad del camino. Muchas historias existentes pero todas inventadas
por la mente. Miles de deseos y sueños
que se veían demasiado reales pero todo fue un cuento del cual nunca hubo un
final feliz. Sólo fue una fantasía la
cual al terminar dejó en mi mente un gran vacío y un puñal bien clavado en el
fondo del corazón. Sólo fue una historia
que la mente vivió de manera desenfrenada sin darse cuenta que la misma se
convertiría en su peor pesadilla. Pudo
haber sido lo mejor que se haya visualizado pero terminó siendo un gran
infierno para ambas partes.
El saber
que sólo fue una fantasía me hace ver que todo este tiempo lo que hice fue
perderme en mi mundo. Me encerré en una
burbuja de cristal viendo tu rostro en cada espejo de mi corazón. Me olvidé de que era un imposible y me
adentré más a tu “amor”. Sin darme
cuenta provoqué que el techo de mi corazón se empezara a romper dándole un fin
a mi alma y a todo lo que ella albergaba.
Caí en un estado en el cual la tristeza era mi amiga, las lágrimas eran
las protagonistas y la soledad mi fiel hogar.
Me dijeron
que tenía que darle tiempo al tiempo. Yo
quería que todo esto se desvaneciera de la noche a la mañana pero el tiempo
estaba en mi contra. Me sentaba a
meditar pero la mente jugaba hacia mí su papel de enemigo. Días y noches me la pasaba pensándote y más
hirientes llegaban a ser las horas cuando me quedaba viendo tu hermoso
retrato. Los días pasaban y cada vez me
ponía peor porque ya nada era lo mismo. Yo
quería que todo fuese un sueño del cual yo despertara pero no, esta es mi realidad,
mi cruel realidad. Todo tipo de pensamientos
llegaban a mi mente, algunos me tentaban a cometer más locuras con tal de
retenerte pero también existían esas palabras poderosas que me hacían ver que
no valía la pena continuar con estas acciones.
Esas palabras fueron las que decidí dejar entrar a mi corazón para que
lo comenzaran a reparar del todo. Ya era
hora de hacer un cambio en mi vida. Ya
era suficiente el haber llorado por algo que sólo fue un deseo inalcanzable. Y pensar que nuestra historia pudo haber sido
una bonita realidad pero el destino tenía ya su carta final y esa fue la que
nos tocó aceptar.
Ya ha pasado
mucho tiempo de toda esta situación que nos marcó bien fuerte y ahora que he
adquirido madurez puedo decir que aprendí una gran lección. Cuando de amor se trata en definitiva puedo
concluir que no nos debemos aferrar a una fantasía. Cuando se ama de verdad ambas partes hacen su
esfuerzo para construir la mejor historia de sus vidas. Cuando una parte es la que lo hace todo sin
recibir ese sentimiento de vuelta significa que nunca hubo amor. No dejes que el cariño que esa persona te da
y el trato especial que te brinda te hagan caer en el juego de lo inalcanzable. Una vez le entras al mismo es difícil que
puedas salir de allí sin ninguna herida.
El cariño y el amor podrán tener algunas cosas en común pero hay que
saber encontrar sus diferencias para no salir lastimados. No te enfoques sólo en él/ella y te olvides
de ti y del mundo porque eso te adentrará en un círculo vicioso. El amor es tan difícil de comprender pero lo
que sí es importante recalcar es que debemos vivirlo en la más espontánea realidad
y no permitir que una fantasía nos haga creer que es un amor de verdad.
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