"La clave de la felicidad es que te vivas cada día al máximo y alrededor de las personas que amas." ysm

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jueves, 4 de septiembre de 2014

El tren de la vida

La vida:  un momento que va corriendo a toda velocidad.  Todo es parecido a viajar en un tren:  viajamos de un lado a otro sin cesar.  El tren de la vida va a toda su marcha con el fin de llegar a un destino en particular.  Nuestra salida siempre es un reto ya que emprendemos una nueva aventura hacia lo desconocido.  El punto de llegada representa en nuestra vida un nuevo comenzar o tal vez nuestras metas, logros, esfuerzos y hasta los fracasos que hemos tenido.  Todo lo mencionado anteriormente siempre dependerá de lo que queremos en la vida, hacia dónde queremos llegar y por supuesto, la actitud con la que salimos del punto de partida.  Nuestra estancia en cada lugar constituye un capítulo más en la historia de nuestras vidas.  Cada persona que conocemos representa un ser que hará y deshará según sea el caso.  Cada viaje tiene su travesía:  una historia que siempre quedará marcada en las vías del corazón.

Algo curioso que he visto en películas es que la persona antes de montarse le da con mirar hacia todo lo que ha dejado atrás.  Es bien complicado cuando tenemos que partir porque esto constituye el fin de una etapa para dar inicio a otra.  Nos despedimos de todo lo que nos hizo felices y a su vez sentimos el alivio de dejar en el pasado todo lo que nos causó daño.  La melancolía se apodera de nosotros y nos ponemos a pensar si en verdad vale la pena emprender la aventura.  En este momento es que debemos reforzar nuestras actitudes para así irnos con tranquilidad y disfrutar del viaje, todo sea por un mejor presente.  Los cambios siempre traen algo de miedo pero a la vez nos dejan algo bueno.  Cuando asumimos una actitud positiva entonces ya tenemos garantizado en nuestras manos el pasaje de la felicidad con destino a un futuro mejor.  Estamos conscientes de que nos encontraremos con situaciones que querrán provocar un atraso en nuestro viaje pero nos mantenemos perseverantes en todo momento con el fin de emprender vuelo en el tren de la vida.

Una vez montados en el tren lo único que debemos hacer es relajarnos y disfrutar del viaje, las paradas y la estancia.  Así como expliqué en comparativa con el tren así deberíamos de ver la vida.  Este tren solo pasa una vez, así que no desaprovechemos la oportunidad de hacer el viaje más placentero de nuestras vidas.  Móntate a tiempo en el tren de la vida para que disfrutes de aventuras de calidad que siempre quedarán marcadas en las vías del recuerdo.  Los espacios para vivir este ciclo son bien limitados.  Es ahora o nunca.  Y nunca olvides de poner a Dios como tu guía en cada viaje porque con Él llegaremos muy lejos.  No hay límites en el tren de la vida:  solo emprende el viaje y disfrútalo.

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