La vida es todo momentos. De todo un poco se va a vivir. Aquí quien prevalece es el valiente guerrero que da la cara corriendo riesgos para conseguir un mejor porvenir. La vida es un campo de batallas muy fuerte en el cual tenemos que luchar para poder sobrevivir. Existirán muchos momentos de los cuales algunos nos dejarán sin aliento y otros hasta con ganas de rendirnos. Se darán muchos fracasos, recibiremos golpes duros que nos dejarán al borde de la muerte e incluso nuestras poderosas armas ya no nos darán abasto para la batalla. A pesar de todo esto no nos queda de otra mas que sobrevivir ante la vida que se nos presenta.
Estamos solos batallando frente a frente contra las situaciones de la vida. Siempre existirá esa voz que nos tentará a dejar todo a la mitad. Allí estará irrumpiendo con nuestra paz para provocar que levantemos bandera blanca en señal de rendición. Los nervios atacan ante la poderosa voz que nos insta a no dar la pelea. Las gotas de sudor bajan del rostro y nuestro cuerpo comienza a temblar. Nuestra voz empieza a titubear y nos encontramos en la encrucijada de seguir luchando hasta el cansancio o retirarnos mal heridos del campo de batalla.
Cuando nos encontramos así debemos recordar las siguientes palabras. Dios nos hizo a su imagen y semejanza para cumplir un propósito en esta tierra. Cada propósito es un motivo por el cual tenemos la opción de luchar o simplemente dejarlo morir. Aparte, Él nos creó con la capacidad de sobrevivir ante cualquier situación que se nos presente en el camino. Para llegar lejos y conseguir todo lo que anhelamos tenemos que estar conscientes de que hay que ponerse la armadura y luchar. Aún si perdemos la batalla tenemos que seguir dando lo mejor de nosotros en la guerra de la vida. Lo importante no es ganar X cantidad de batallas sino que sobrevivimos a cada una de ellas gracias a nuestra perseverancia y paciencia. Recuerda que por una derrota no nos debemos dejar caer porque en cada momento de la vida siempre vamos a perder una pelea. A veces se gana, a veces pierde: ley de vida. De cada fracaso debemos sacar lo positivo, eso que nos ayuda en gran medida a mejorar como seres humanos. También debemos sanar las heridas que quedan y sacar las fuerzas necesarias para continuar el trayecto.
Recordatorio bien importante: somos seres fuertes, valerosos y especiales; aprovechemos la oportunidad que Dios nos da a diario para dejar nuestro legado al mundo. Luchemos hasta el fin sin importar cuán heridos quedemos porque si anhelamos muchas cosas buenas debemos trabajar por ellas. Esta vida se hizo para los fuertes: esos seres que aguantan de todo y aun así han salido hacia adelante. Quien lucha hasta el cansancio sabe que la recompensa le llegará de manera abundante y en el momento ideal. Nunca olvidemos que la clave en todo esto está en Sobrevivir....
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