La noche se vuelve tinieblas. Momento cumbre para pensar en ti sin que el mundo me esté condenando a morir. Tenerte sólo en mis pensamientos ya no es suficiente para mí. Lo que yo más quiero en estos momentos es tenerte cerca de mí, más cerca de lo que imaginas. Quiero ser la dueña de ese corazón que late con una gran intensidad cuando estamos a centímetros de distancia. Voy a hacer hasta lo imposible por atraparlo así tenga que entrar a tu casa y como ladrona de la noche aprovechar el momento para robarme tu corazón.
Esta noche se va a cometer un robo y tú serás el cómplice de mi fechoría. Si robarme tu corazón fuera un delito ya yo estaría presa y hasta condenada a cadena perpetua lo cual no me importaría ya que estaría satisfecha de haber cumplido con mi más grande petición. Quiero hacer realidad mi propósito contigo y hasta que no lo haga no habrá nada ni nadie que me desconcentre de mi objetivo. Si para ser dueña de tu corazón tengo que arriesgar mi vida entera no me importaría dar mi alma por ti. Una mujer enamorada y decidida de sus sentimientos se lanza a la aventura hasta llegar al fin del mundo si es necesario y sin importar lo que venga después.
La noche está excelente para cometer el crimen perfecto. La misma está algo tenebrosa ya que las nubes cubren la radiante luna que iluminaba mi sendero. Debía sentir miedo pero el mismo desapareció cuando la valentía entró por mis venas e inyectó bien profundo la idea de aventurarme para atrapar tu corazón. El tiempo está corriendo de manera ideal, ni muy apresurado pero tampoco tan lento. Emprendo rumbo fijo hacia tu humilde morada. En la oscura habitación doy pasos silenciosos hasta llegar a la orilla de tu cama. Contemplo tu mirada dormida que me hace suspirar y sin pensarlo dos veces sumerjo mis labios a los tuyos dejando que mis sentimientos se manifiesten en completa libertad. En respuesta a mi acción tus radiantes ojos iluminaron la habitación y allí en medio de la noche nos juramos amor eterno. El cielo se despejó para abrir paso a la hermosa luna que irradiaba luz a nuestros cuerpos desnudos en medio de la cama. El amor y la pasión se mezclaron de manera perfecta para dar como resultado a una noche que quedará grabada en nuestros cuerpos. En definitiva una madrugada que jamás olvidaremos.
Ya no hay duda de que soy la única dueña de tu corazón, por ende cumplí con mi petición. Si mañana no vivo para contarlo no importa porque mi alma ya está feliz de robarme tu corazón y ponerlo a latir junto al mío. Aunque el mundo condene nuestro acto de amor no podemos ocultar que nuestras almas se complementan en una sola. Lo admito, soy culpable de robarse tu corazón y por ende, cumpliré mi sentencia de cadena perpetua a tu lado.
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