Ya las
fiestas navideñas están en todo su esplendor y esto significa que dentro de
poco culminará el año en curso para dar paso a uno totalmente nuevo. Y es que cuando se acercan estas fechas nos
invaden todo tipo de emociones alegres y nostálgicas. Recordamos lo positivo que logramos hacer
durante todo el año, los momentos difíciles que tuvimos que enfrentar con
valor, las lecciones que tuvimos que aprender para mejorar en algunos aspectos
de nuestra vida, todos los sueños hechos realidad y los que aún están en espera
por ser realizados, entre otras cosas.
En un año
pasan muchas cosas tanto buenas como malas y debemos aprender a llevar en
nuestra mente un pedacito de cada una de ellas.
Como dije en la oración anterior en un año suceden tantas cosas que nos
hace visualizar en donde estábamos al principio hasta donde estamos actualmente
ubicados. Esto nos pone a meditar
profundamente sobre dónde venimos y hacia dónde queremos llegar en la vida.
A medida
que pasen los días hará su entrada un nuevo año en donde hay que tener la
esperanza que se podrá realizar todo lo que se quedó pendiente en este año que
está a punto de irse. Debemos estar
conscientes que siempre van a haber situaciones que nos pondrán a prueba pero podemos
salir de ellas de manera airosa si nos enfocamos en la solución y no en el
problema. Nunca debemos perder la Fe ni
la esperanza porque esta combinación nos llevará muy lejos. Es momento de comenzar desde cero y dejar
atrás lo que una vez nos hizo llorar. Es
hora de asumir nuevas responsabilidades, aprender de los errores del pasado e
ir en busca de todo lo positivo que la vida nos puede ofrecer. Pongamos a Dios en todo y veremos que todo
cambiará para bien. Hay un nuevo año
esperando por ti. ¿Lo aprovecharás al
máximo?
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