Ya ha
pasado tiempo del final de nuestra historia.
Un amor que marcó bien profundo mi corazón. Nuestra relación era una especial, tan bella
como para convertirse en una realidad duradera.
¿Sabes algo? El tiempo ha
recorrido un mundo y todavía es la hora en que no he logrado olvidarte. Para ti será algo extraño saber esto puesto
que el amor que me tenías no era igual al que yo te profesaba a diario. Te puedo asegurar que de mi parte ese amor
era uno con gran pasión y no va a ser fácil olvidarte como tú lo hiciste
conmigo en tan poco tiempo. Actualmente
este amor que siento por ti ha ido decayendo pero a su vez está provocando
estragos en mí a causa de tu ausencia. Y
es que cada momento vivido junto a ti sigue latente en mi mente. Cada día se recrea la película de lo que fue
nuestro amor: uno que yo creía puro y
para toda la vida. Dichos recuerdos
permanecen bastante atados a mí y siento que no existe llave alguna para romper
las cadenas y apagar de una vez y por todas las escenas que se reproducen a
cada rato. Estos recuerdos allí se
encuentran felizmente manteniendo tu presencia intacta y atada a este amor que
jamás se va a volver a concretar. Aunque
borre tus fotografías o elimine todo detalle hecho para ti mi mente siempre
tendrá presente esos momentos que viví junto a tu persona.
A veces mi
mente se ilusiona de una manera en que piensa que todo va a ser como antes y
emprende vuelo hacia las nubes.
Lamentablemente ese viaje es de corta duración y tan pronto se explota
la nube desaparece todo lo que en ese instante visualicé y de ese cielo cae la
fría lluvia que acaricia mi rostro sin cesar.
A veces quisiera regresar el tiempo hacia atrás para no enamorarme de
ti. ¿Por qué lo digo? No es porque me haya arrepentido de haberte
entregado mi vida en tus manos sino que de haber sabido que nuestro amor iba a
tener un desenlace desgarrador hubiese optado por mantener nuestra
amistad. Siempre digo que el amor viene
y va pero una amistad como la nuestra tenía una solidez impresionante que podía
ser capaz de resistir cualquier adversidad.
Ahora no tengo ni una cosa ni la otra pues tú mismo decidiste romper el
pacto que teníamos de mantener una amistad si la relación no funcionaba.
Amarte y no
poder olvidarte: ese es al parecer mi
destino contigo. A veces me
pregunto: ¿Cómo le hiciste para
olvidarme tan pronto si aún yo te llevo bien presente en mi vida? Respuesta que imagino de mil maneras pero
sólo Dios y tú conocen la contestación a la perfección. A veces pienso en qué hubiera pasado si yo
fuese la persona que se marchara con tu corazón en mano y me olvidara de ti al
instante. ¿Cuál hubiese sido tu
reacción? También me pregunto: ¿Alguna vez te pusiste en mis zapatos para
saber el daño que me podías causar? En
fin, ya nada de eso me importa ahora, sólo espero que mientras el tiempo siga
pasando pueda dejar de amarte para así comenzar el proceso de olvidarte. Ojalá que eso ocurra pronto porque esto de
amarte y no poder olvidarte se está convirtiendo en un total calvario. Ya quiero levantarme de esta prueba y ser
feliz como lo eres tú en el día de hoy con tu nuevo amor. Ya me tocará ese momento privilegiado algún
día. Mientras tanto que la filosofía de
amarte y no poder olvidarte siga haciendo su labor.
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