La vida se
vive una sola vez, es por eso que debemos llenarla de todo tipo de eventos y
personas para que sea una inolvidable. El
tiempo va a su paso y las historias comienzan a desarrollarse dejando una
trayectoria a lo largo de nuestro caminar.
Todo en la vida tiene su momento así como la llegada de nuevas personas
que cambiarán el rumbo de nuestra historia.
El destino nos acerca a ellos con el motivo de crear nuevos capítulos en
nuestro libro de vida.
Cada
persona que aparece en nuestras vidas tiene su razón de ser. Ya sea como parte de una bendición o de una
lección esa persona tiene un rol que cumplir y a nuestro lado permanecerá hasta
el tiempo que Dios estableció en nuestro plan de vida. Algunos seres se van antes de tiempo y hasta
nos dejan sorprendidos, en cambio otros se quedan con nosotros hasta el fin de
nuestros días. Y es que la vida da
muchos giros inesperados pues hoy estamos aquí pero mañana podemos emprender un
rumbo distinto porque así está escrito en los planes de Dios. Debemos aprovechar esos tiempos de calidad
junto a ellos pues nuestro paso por la vida es de corta duración y no se sabe
cuándo ese vínculo afectivo pueda tener fin.
Toda
persona tiene su tiempo en nuestras vidas.
Esto me hizo recordar las estaciones del año pues cada una de ellas
tiene su temporada y jamás se excede del tiempo establecido. Lo mismo pasa con la permanencia de las
personas en nuestro libro de aventuras llamado vida. La estancia de las personas en nuestras vidas
son como las estaciones del año tienen su tiempo de ser y una vez cumplen con
su propósito es momento de dejarlas ir.
No podemos retener las estaciones ni mucho menos a las personas. Todo tiene su tiempo porque así Dios lo quiso
y cuando ya es el momento de dejarlas libres hay que aceptar totalmente su
voluntad. Puede ser que en un futuro
volvamos a verlos/as como es el caso de las estaciones del año. En otras situaciones hasta es mejor no volver
a ver a esas personas pues de esta manera podemos evitar el abrir viejas
heridas.
La vida se
trata de cambios: algunos que ya estaban
por venir y otros un tanto inesperados pero entre ellos sabemos que está por
sentado el de conocer nuevas personas e iniciar nuevas etapas. Dejemos que cada persona entre y salga de
nuestras vidas así como lo hacen las estaciones del año pues de cada ser humano
conservaremos los mejores recuerdos. Que
la vida nos sorprenda con un hola, una historia que contar y momentos que serán
atesorados en el baúl de las memorias.
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