"La clave de la felicidad es que te vivas cada día al máximo y alrededor de las personas que amas." ysm

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martes, 16 de junio de 2015

El arte de dar sin recibir nada a cambio


La vida es un hermoso regalo que Dios nos ha permitido vivir y es mejor aun cuando la vivimos en comunión.  Y es que cuando tenemos el contacto de personas a nuestro alrededor podemos obtener aprendizaje que nos puede ser útil para nuestro diario vivir.  A través de mi caminar he adquirido muchas enseñanzas y algo que siempre llevo conmigo sin importar el lugar donde esté son los valores que mis padres me han inculcado.  Desde pequeña tengo bien claro en mi mente que los valores son unos principios que cuando los utilizamos nos distinguen de manera excepcional entre la multitud.  Entre todos los valores existentes quiero resaltar uno de ellos:  el arte de dar sin recibir nada a cambio.

La vida se basa en ayudar al prójimo en todo lo que esté a nuestro alcance.  Hoy lo hacemos por ellos que pedían un grito de ayuda y mañana puede ser que nosotros seamos los que necesitemos de esa mano amiga.  No dejemos de ayudar a quienes lo necesitan pues si miramos a nuestro alrededor hay seres que están peores que nosotros y a pesar de la adversidad se las buscan para sobrevivir en estos tiempos en donde la crisis está por todas partes.

El arte de dar sin recibir nada a cambio es uno de los mejores dones que Dios nos brindó para ponerlo en práctica y a su vez demostrar que somos más los buenos.  Dentro de este mundo lleno de perdición aún queda una gran población de gente extraordinaria.  Y es que al dar de lo que tenemos estamos haciendo un acto de amor y humildad.  La generosidad es algo que siempre debe estar dentro de nuestro maletín de vida.  A veces no nos atrevemos a ayudar y la verdad es que no sabemos lo que estamos pensando cuando decimos no pues cuando damos nuestro apoyo a los demás a su vez nos ayudamos a nosotros mismos.  Entre otros beneficios del poder brindar nuestra ayuda está el que con este hermoso gesto estamos realizando la obra del día, aparte nos hace feliz al alma y nos añade vida al corazón.  Si ayudamos a alguien con lo poquito que tenemos y a su vez esa persona ayuda a otra estaríamos uniendo fuerzas para transformar este mundo en uno mejor.  El propósito que Dios nos dio para con este valor es el de vivir en comunión siguiendo el camino del bien y practicando lo bueno que Él nos ha enseñado a través de nuestro caminar.

En estos tiempos tan cambiantes hay veces en que esperamos a recibir algo a cambio, en este caso me refiero a recompensa monetaria.  Sinceramente pienso que las buenas acciones no deben ser remuneradas de esta manera.  En caso de esperar una recompensa que sean palabras de agradecimiento y/o motivación y por supuesto, la satisfacción de haber aportado un granito de arena en la vida de esa persona.  Créanme que lo mencionado anteriormente vale mucho más que todo el dinero del mundo.  Seamos siempre humildes y sencillos de corazón a la hora de ayudar y así las bendiciones brotarán de manera enorme a nuestras vidas.

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