Caminando por la vida vemos cómo sonreímos a toda persona que nos topamos de frente. Y esto me pone a pensar en lo hermoso que es sonreír al mundo sin importar cuántos problemas tengamos. También me pone a reflexionar en todo lo que escondemos detrás de una sonrisa. Se sorprenderían de todo lo que una sonrisa tiene a sus espaldas.
Cuando nos ponemos a pensar en todo lo que se puede esconder tras una sonrisa nos da con mencionar de primera instancia las tristezas pero más allá de ella también ocultamos momentos de felicidad y recuerdos inolvidables.
Las tristezas es algo que a toda costa no queremos mostrar a la luz. No es fácil esconderlas ya que las miradas nos pueden delatar pero con el tiempo aprendemos a sonreír más y a sufrir menos. En otros casos hay traumas que aun no se superan y no nos queda de otra mas que ocultarlos con una sonrisa hasta que algún día logramos sanar las heridas. Un dato importante en todo esto es que las mejores sonrisas siempre salen después de haber sufrido tanto. Y es que en definitiva nuestro semblante cambia cuando la alegría revive nuestra alma. Dejar que otros nos vean sonreír es demostrar lo valientes que somos al dejar a un lado todo lo que nos causó daño.
Por otro lado detrás de esa hermosa sonrisa escondemos todas esas anécdotas que han dejado en el aire un mar de recuerdos. Cada vez que vienen a nuestra mente nuestra sonrisa sale aun más resplandeciente. Y es que los buenos momentos nos hacen bien a la salud y es meritorio disfrutar cada uno de ellos. No podemos dejar fuera las locuras que hemos realizado en nuestro diario vivir. Cada una de ellas trae consigo sonrisas simultáneas en las cuales el mundo siempre se pregunta "¿Por qué se está riendo?" y nosotros sólo callamos y nos gozamos en la mente todos esos locos instantes que aun avivan el corazón. Por último pero no menos importante están las historias de felicidad. Sin duda alguna detrás de esa brillante sonrisa ocultamos muchos de esos momentos. En su mayoría los mantenemos en secreto y otros simplemente hablan a través de nuestro rostro.
A través del andar nos damos cuenta de lo bonito o difícil que puede ser el esconder una situación o evento y utilizar la sonrisa como disfraz a nuestro favor o en nuestra contra. Una cosa sí les digo: que el mundo se quede con la duda del por qué de nuestra sonrisa.
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