"La clave de la felicidad es que te vivas cada día al máximo y alrededor de las personas que amas." ysm

Síguenos en Facebook:

jueves, 7 de mayo de 2015

Cero a la izquierda


Todos hemos pasado por esta etapa de la vida.  Cuando de un momento a otro eres una persona totalmente extraña en la vida de ese ser a quien se catalogaba como especial entre la multitud.  Todo era color de rosa cuando existían esas atenciones y cariño incondicional que daban felicidad al entorno en que estábamos.  En un instante el cielo derramó su tormenta y la oscuridad se estableció en medio de nosotros para quedarse allí de manera temporal.  La indiferencia y el silencio fueron los protagonistas de este cuadro.  La comunicación se fue perdiendo paulatinamente.  El ambiente se empezó a cargar de tensión y todo tipo de sentimientos negativos.  Ya no se sentía esa comodidad que existía en los momentos de amor y felicidad.  Allí es cuando uno se siente fuera de lugar, para decirlo de una manera más específica:  un cero a la izquierda.

Totalmente ignorada y abandonada, así me siento.  El corazón sufre cada vez que me dejas en incertidumbre.  Me siento como un cero a la izquierda pues cambiaste de manera radical y la verdad es que jamás pensé que me fuera a sentir así contigo.  Cada día estás te siento más lejos de mí y no soy yo solamente la culpable pues tú también lo has querido así porque con tu silencio diario me lo has estado demostrando.  Las personas buenas de corazón estamos destinados a sufrir en cantidad por diferentes razones.  A veces me pregunto el por qué tenemos que sufrir tanto cuando hay peores personas en este mundo y padecen menos que nosotros.  La vida es así de inexplicable pues quienes deberían ser felices no lo son del todo.

Es difícil sentirse como un cero a la izquierda cuando entre la multitud muchos son aceptados tal cual son pero pues son etapas pasajeras de la vida que tenemos que pasar.  Ahora me puedo sentir así pero en el día de mañana la historia puede cambiar.  Podemos ser un cero a la izquierda para esa persona que era nuestro todo pero para Dios nunca lo seremos.  Él nos ama de manera incondicional y a pesar de nuestros errores siempre seremos su mejor tesoro.  La lección en todo esto no es sentirse menos sino recordar lo valiosos que somos.  Si para esa persona ya no somos alguien especial no hay problema pues más adelante existen seres que nos van a amar por siempre.  Dejemos que Dios nos ayude a sanar y nos haga sentir más valioso/a de lo que somos.  Que su mano nos guíe por el sendero de la vida y permita que podamos salir hacia adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario