El amor es paciente

Y comienzo este escrito con estas palabras:  “El amor cambia nuestra motivación para vivir.” (Sacado del Libro El Desafío del Amor).  Sin duda alguna esto es cierto ya que el amor es esa fuerza mágica que nos llena de pura vida al instante.  Nos transforma en seres totalmente distintos ya que amar es equivalente a vivir la vida con gran intensidad.  Como dice en otra parte de este libro:  “Con él, las relaciones cobran significado.”  Y es que nuestro mundo se llena de asombrosos colores y los recuerdos empiezan a formar parte de la historia.

El amor no es nada fácil pues es una aventura que nos pone a prueba a diario.  Para ello necesitamos de la paciencia:  cualidad que no es sencilla de manejar pero tiene una importancia vital para la estabilidad de una relación.  Es la pieza clave que controla el coraje, abre paso al diálogo y a todo sentimiento positivo que edifique la relación.  Es el punto en donde el amor se une a la sabiduría y nos hace entender la manera de pensar de nuestra alma gemela.  Y es que cuando la paciencia actúa en pos del amor todo empieza a darse de una manera extraordinaria.  A veces nos volvemos impacientes y todo se descontrola pero cuando analizamos la situación y junto a nuestra pareja trabajamos en búsqueda de una solución las cosas van volviendo a su calma.

Cuando juntamos el amor y la paciencia la relación se vuelve una más sana.  Son una combinación inigualable porque ambas van de la mano y nos llevan a un nivel de gratas bendiciones.  Y es que demostrar paciencia es dejar claro que somos capaces de entender y resistir las situaciones que suceden y a su vez le reflejamos a nuestra pareja ese grado de tolerancia que mantiene un balance en la relación.  Que estamos dispuestos a ceder cuando sea necesario y a dar la vida por él/ella en todo momento.  Todo en nombre del amor.

No es fácil mostrar esa paciencia pues la intranquilidad también se apodera de nuestro entorno pero cuando el amor es grande la negatividad se queda afuera.  Por amor mejoramos como seres humanos y no dejamos que el enojo junto con la impaciencia nos gane.  Aprendamos a moldear la paciencia a nuestro favor para evitar problemas que cambien el rumbo de la relación.  Que el amor junto con la paciencia sean los que ganen la batalla.